Tras varios días con varias bolsas de azúcar y después de aburrirse de comer todo a cucharadas, intentan algo nuevo, algo revolucionario, algo que les cambiara la vida. Cabe recalcar que ninguno de estos tres pequeños pasa de los 8 años, pero son inteligentes, muy inteligentes.
Fuerte mente armados con una cuchara de metal, unas jeringas y un buen disco de “the Beatles” proceden a dar inicio a este ritual. En este cuento no importa como obtuvieron todo esto; el disco, la cuchara y las jeringas, si no, el resultado que junto con el azúcar, causará en sus diminutos cuerpos.
Rufino saca un encendedor de su bolsa, Aldo prepara una cucharada copeteada de azúcar y empiezan a derretirla, Paulina por su parte esta lista para llenar las tres jeringas con dosis exacta de azúcar derretida.
Con mucho cuidado de no quemarse, los tres comienzan a inyectarse en sus pequeñas bocas de labios rojos este liquido. Tragan al mismo tiempo y esperan…
Inmediatamente los tres se toman de las manos y sin moverse empiezan a dar vueltas como en un carrusel, seguidamente de una sonrisa de oreja a oreja y algunas carcajadas ahogadas se miran a la cara y pierden la conciencia.
Paulina cae al suelo y recostada mira las nubes pasar en forma de animales de porcelana blanca, puede escuchar claramente como sus patitas hacen un ruido como si cristales cayeran al piso y de vez en cuando uno le guiña el ojo.
Rufino suelta las manos sudorosas de Paulina y Aldo, seguidamente empieza a flotar y a dar vueltas sobre su mismo eje (como un pollo rostizado en un asador)
Siente como diminutas partes de su cuerpo se van desprendiendo y elevándose al aire en forma de confeti de colores brillantes.
Por ultimo Aldo se pone el dedo en la sien como una especie de aguja sobre un disco de vinil y empieza a cantar, cada vez que abre la boca salen varias notas disparadas hacia al cielo y estallan como fuegos artificiales.
Rufino, Paulina y Aldo pasan una maravillosa tarde llena de azúcar en sus cuerpos cantando los tres juntos “nothing gonna change my world”.
Woooooow! lo amo, quiero azúcar. mucha.
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